viernes, 6 de junio de 2014

La revolución hormonal


La Pubertad se describe como el cambio de la infancia a la madurez sexual. Varios adolescentes describen los cambios experimentados en este periodo: "la voz se hace más grave", "aparece el acné, el vello púbico", "es como una montaña rusa", "los cuerpos nos controlan"...

Las hormonas, mensajeros químicos, se lanzan sobre el torrente sanguíneo, ordenando cambios biológicos y afectando al cerebro. Los adolescentes piensan en cosas nuevas, hay confusión y enfrentamiento. Los seres humanos tardan más tiempo en llegar a la edad adulta, la madurez se retrasa años, alrededor de una década, para permitir todo el tiempo necesario para el aprendizaje.


Una niña de 12 años explica lo que ella espera que será su pubertad: menstruación, ensanchamiento de caderas, crecimiento del pecho, sentimiento de rebeldía: "no quiero dejar de ser niña [...] estoy muy contenta conmigo misma tal como soy [hay una resistencia a abandonar la niñez]. Creo, no me acuerdo [aparece la duda, la incertidumbre]"

Las neuronas establecen nuevas conexiones, lo que facilita el aprendizaje de destrezas y la adquisición de conocimientos y experiencias. Será necesario repetir una misma acción varias veces para que se consolide en la memoria. El hipotálamo envía a la sangre compuestos químicos de gran eficacia: las hormonas de la pubertad, que pueden tener consecuencias dramáticas. Envían sus mensajes por la noche, aproximadamente cada 90 min. Estas señales son recibidad por los testículos o los ovarios por medio de los estrógenos y la testosterona, que circularán de la cabeza a los pies. Un chico comenta sus emociones durante el proceso: "euforia... depresión... arriba y abajo..." es decir, altibajos emocionales.

A los 13 y a los 14 años, los adolescentes acuden a una revisión pediátrica de rutina para chequear el peso, la altura, los hábitos alimenticios y recibir orientación profesional y consejo médico. Chicos y chicas experimentan cambios muy diferentes. Las chicas padecen "cambios de humor tremendos" y los chicos dan el famoso "estirón" de altura y corpulencia, viven las erecciones la eyaculación espontánea como novedades insólitas.


La Pubertad también opera cambios de mentalidad, en el ámbito emocional y sentimental, pues influye en la propia visión de la vida. Los adolescentes ensayan actitudes y opiniones distintas para ver si encajan con su personalidad, experimentando. Prueban a responsabilizarse y hacerse cargo de sí mismos al descubrir el anhelo de independencia. Experimentan la soledad como preparación para la autonomía.

Hay algunas diferencias entre chicos y chicas. Las chicas se desarrollan físicamente antes que los chicos, en ocasiones hasta tres años antes. En los chicos, corazón y pulmones se hacen más grandes, entra más oxígeno en sangre y aportan más potencia a su actividad física. Las cuerdas vocales se alargan y la laringe crece, de modo que la voz de un hombre será una octava más grave que la voz de una mujer. Respecto al sexo, la madurez física llega antes que la madurez emocional. La menstruación es el cambio más temido y se recibe como una mala noticia, a la vez que es un orgullo para las chicas porque simboliza su condición de mujeres adultas.

Respecto a la madurez, los niños ven las cuestiones morales en blanco y negro y sus juicios morales son inmediatos y tajantes, pero los adolescenetes ya distinguen entre las capas de gris y les resulta más difícil dar una respuesta definitiva y concluyente sobre un dilema moral: el razonamiento complejo es nuevo y les sumerge en un mar de dudas. Además, no siempre pueden recurrir a otras personas para resolver tales dudas y solucionar dichos problemas, de ahí que el sentimiento de soledad se acentúe.

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